Un recinto ferial concebido como un parque
Esta propuesta para el concurso del Recinto Ferial de Palma, en colaboración con Auba Studio, partía de una idea sencilla pero poderosa: que el recinto ferial no fuese un edificio convencional, sino un parque habitable, un espacio vivo que se desarrolla en superficie y en altura, como unas Ramblas elevadas.
La vegetación, la luz filtrada y el aire se convirtieron en los principales materiales del proyecto.
Estructura ligera, gran versatilidad
Diseñamos una gran pérgola de acero y madera que recogía todo el perímetro edificable y permitía colonizar su interior con el programa, facilitando su crecimiento futuro sin alterar la envolvente.
Tres grandes ámbitos de exposición, aulas entre cerchas, salas de conferencias, zonas de descanso, restaurante, cafetería, oficinas y una amplia franja de servicios componían un edificio capaz de funcionar por partes o en su totalidad.
La calle exterior cubierta, espacio peatonal en forma de U, articulaba los accesos desde todos los medios de transporte y actuaba como distribuidor, zona de encuentro y extensión natural de las áreas expositivas.
Sostenibilidad y arquitectura en evolución
Propusimos vegetación caduca para el control térmico natural, sistemas de recogida de agua, compostaje de la propia vegetación, paneles fotovoltaicos y el uso predominante de materiales reciclables como el acero y la madera CLT.
El proyecto se integraba en un entorno mixto —urbano y rural— actuando como un gran parque vertical que dialoga con el paisaje y cambia con las estaciones, generando un edificio vivo y en constante evolución.
Aunque la propuesta no fue seleccionada, para nosotros representa una visión clara: construir arquitectura que mejore el entorno, que respire, que crezca y que se adapte, igual que lo hace la naturaleza.

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