Situación: Calle Caputxines 9, Palma de Mallorca, España.
Superficie: 2.253 m²
Superficie: 2.253 m²
Promotor: Genova Group
Hotel Operator: Nobis
Hotel Operator: Nobis
Arquitectos: Jordi Herrero Campo y Eduardo García Acuña
Interiorismo: Wingårdhs
Interiorismo: Wingårdhs
Aparejador: Jorge Gómez
Arqueólogo: Rafael Turatti
Estructuras: Fernando Purroy
Ingeniería Instalaciones: Reolid Consulting
Iluminación: Elektroshields
Paisajismo: Eugenia Corcoy
Arqueólogo: Rafael Turatti
Estructuras: Fernando Purroy
Ingeniería Instalaciones: Reolid Consulting
Iluminación: Elektroshields
Paisajismo: Eugenia Corcoy
Constructor: Akko Building
Fotógrafo: José Hevia
El proyecto se centró en adaptar el histórico edificio de Can Oliver, ubicado en el centro de Palma de Mallorca, a un hotel boutique de 5 estrellas, respetando y realzando sus características originales, como patios, artesonados y pinturas góticas. El enfoque fue integrar el hotel en el edificio, respetando su esencia en lugar de imponer un estilo arquitectónico específico.
Sistema de Trabajo:
1. Levantamiento y análisis: Identificación y recuperación de elementos protegidos.
2. Actualización: Mejora de la estructura, accesibilidad, seguridad y aislamientos.
3. Programa: Uso de sistemas constructivos reversibles para respetar los espacios originales.
1. Levantamiento y análisis: Identificación y recuperación de elementos protegidos.
2. Actualización: Mejora de la estructura, accesibilidad, seguridad y aislamientos.
3. Programa: Uso de sistemas constructivos reversibles para respetar los espacios originales.
Proyecto: Surfeando
El proyecto se basó en aprovechar las oportunidades del edificio original, resultando en soluciones específicas como la conservación de huellas históricas en fachadas y la creación de patios en las buhardillas para iluminar las habitaciones. La materialidad contrastante, con el uso de acero negro, destacó los elementos originales.
El proyecto se basó en aprovechar las oportunidades del edificio original, resultando en soluciones específicas como la conservación de huellas históricas en fachadas y la creación de patios en las buhardillas para iluminar las habitaciones. La materialidad contrastante, con el uso de acero negro, destacó los elementos originales.
El interiorismo, llevado a cabo por el estudio sueco Wingardhs, equilibró el carácter esencial, duro y pesado de la arquitectura con un contraste suave y lujoso, usando cortinas, textiles, madera y mobiliario ligero. La vegetación añadió vida y color, mientras que la iluminación resaltó la belleza del edificio.
Conclusión:
El proyecto es un equilibrio de contrastes: antiguo y moderno, tradicional y vanguardista, duro y amable, pesado y ligero. Es un edificio que, siendo fijo, cambia con la luz y el tiempo, logrando ser atemporal al mismo tiempo que incorpora el paso del tiempo.
El proyecto es un equilibrio de contrastes: antiguo y moderno, tradicional y vanguardista, duro y amable, pesado y ligero. Es un edificio que, siendo fijo, cambia con la luz y el tiempo, logrando ser atemporal al mismo tiempo que incorpora el paso del tiempo.